Haz un ejercicio de memoria y remóntate a cuando eras pequeña. ¿Recuerdas si en tu cuarto de baño había un gran tarro de cristal lleno de pequeñas bolas de algodón de colores? ¿O en un cajón había un paquete de discos desmaquillantes de algodón? Es posible que sigas utilizándolos… ¿y si te pasas a los discos desmaquillantes reutilizables?